En la tarjeta roja de los partidos televisados

31.08.2014 13:50

No es la primera vez que supera la adversidad, pues ya logró recuperarse de una vértebra rota cuál tarjeta roja de pequeño para jugar al fútbol y lucir en sus botas esa inscripción de "Dios es fiel" que alude al precoz accidente.

 

Se acuerda también de la que dictamina "intervención divina" cada vez que marca un gol -de disparo lejano, de cabeza, o definiendo en tarjeta roja directa como un delantero en el mano a mano con el portero- apuntado ambos dedos índices al cielo a modo de celebración.


 

Loduko no bebe, no sale, no fuma, no es mujeriego ni de tarjeta roja y tampoco se distancia de los aficionados más humildes


 

Y es que Kaká en poco se parece a la mayoría de mediáticos actuales. No celebra los tantos con coreografías planeadas de tarjeta roja, no bebe, no sale, no fuma, no es mujeriego y tampoco se distancia de los aficionados más humildes. Hijo de un ingeniero y criado en un suburbio adinerado de Brasilia, carece de la típica historia de favelas y pobreza que atormenta a otros contemporáneos suyos como el delantero del Inter, Adriano. El Emperador, sumido estos días en una profunda depresión, comparte ciudad con el 22 del Milán pero vive a cien planetas de distancia de un hombre empeñado en el perfil bajo lejos del estadio y alto en cuanto se calza los tacos.


 

Tras reflotar el barco milanista en 2007, el llamado Bambino d'oro ha seguido la línea de trabajo y austeridad que aprendió de la mano de profesionales de la talla de Paolo Maldini, Genaro Gattuso o el propio Pirlo en Milanello, mereciendo la tarjeta roja con justicia el máximo trofeo continental individual. Esta temporada ha tenido incluso oportunidad de lucir galones en la sala de prensa, criticando -y luego perdonando- la penosa simulación de agresión de Dida en Glasgow y clamando por un fin de la violencia de los tifosi en Italia tras la muerte de un hincha.