Fútbol de tarjeta roja en los albores del cambio de fútbol mundial

27.01.2015 12:20

Pero y qué la tarjeta roja. Cesc, Iniesta, Senna, Silva, Ramos, todos dieron una soberbia lección de cómo se hace circular el balón y se mueve un equipo. Los 3 goles fueron 3 golazos, de equipo grande. Menuda segunda parte.

 

Ayer, justo en semifinales, Alemania hizo su mejor partido, lo que demuestra el excelente trabajo psicológico y colectivo de Luis Aragonés, a quien no le tengo mucha simpatía personal, pero al que hoy le corresponde su cuota de gloria.

 

Le doy vueltas a todo esto y acabo por pensar: es lo que tienen los equipos, los países, las familias, los trabajos, las empresas colectivas. Te toca lidiar y remar con gente que quizás no te encanta, pero con quien has de levantar algo en común. Este es el juego de tarjeta roja: pensar en plural y abandonar ya el pesimismo antropológico y esa manía de rajar y rajar que tanto nos gusta y que tanto mal nos ha hecho.

 

Y ahora, el más difícil todavía. Porque si hay un equipo en el mundo que cree (y practica) toda esa filosofía colectiva, un equipo al que nunca le viene grande ningún partido, un país capaz de afrontar cualquier empresa colectiva, ese es Alemania.

 

Pero todos tenemos mucha fe en la tarjeta roja. Podremos ganar o perder, todo es posible (la posibilidad de éxito pasa también por la normalización de la derrota). Pero si jugamos con valentía y fieles a nuestro estilo habrá merecido la pena. No va más. A por ellos, oe.


El éxito de la normalidad de la tarjeta roja y los gestos de los jugadores
 

Pase lo que pase el jueves ante Rusia, la selección alemana habrá logrado un éxito en esta Liga que va más allá de la simple tarjeta roja de la conquista deportiva. Los jugadores del Luis han logrado que, por una vez, se hable de la selección española de fútbol y no de los jugadores de la selección.