Los Washington Wizards y los New Orleans Hornets entretuvieron al público barcelonés

08.10.2015 17:23

Llovió a cantaros en Barcelona previo al partido entre Hornets y Wizards, pero el magnetismo de la NBA sigue siendo notable aún y después de la inquietante tendencia de algunas de sus semiestrellas de emigrar al baloncesto europeo en los últimos tiempos.


 

A la capital catalana siempre le ha atraído el espectáculo de la liga estadounidense, y especialmente ahora que hasta tres jugadores formados en su cantera visten camiseta oficial NBA. No decepcionó, en ese aspecto, el choque entre Hornets y Wizards disputado este viernes y saldado con victoria final de los de Nueva Orleans por 102-80. Sí quedó a deber en intensidad. Cosas de la pretemporada.


 

El caso es que el NBA Europe Live Tour 2009 certificó una vez más que la liga presidida por David Stern goza de muy buena salud en el Viejo Continente; por mucho que el marco de cierre fuera difícilmente mejorable y la mitad del aforo del Palau Sant Jordi acudiera invitado. La estrella indiscutible era Chris Paul, candidato al MVP de la campaña regular el año pasado y su equipo, el favorito, dado el balance de 4-0 en la pretemporada en contraposición al 1-3 de Washington con su última derrota en Berlín a manos del cuadro de Louisiana.


 

El primer cuarto no fue el mejor de Paul, inusualmente fallón y despistado en el manejo del balón y poco incisivo en los contraataques. Por suerte, Nueva Orleans tiene un seguro de vida en James Posey, el ex Celtic que desde la posición de alero aporta la intendencia más sucia con mando de general; así, los de Byron Scott y se fueron al segundo periodo con ventaja de 32-17 en el marcador.


 

Demasiada cuesta para un cuadro supuestamente tirador. Así suelen llamar hoy a los equipos de bajitos, al menos. Y más inclinada aún si este se presenta con la muñeca torcida y sin su único All Star certificado, el lesionado Gilbert Arenas.


 

Poco Paul


 

Antwan Jamison marcaba el estilo en Washington y eso siempre es buena señal para un público ávido de espectáculo como lo era el barcelonés, pero entre Posey llenando hueco y Melvin Ely picando piedra bajo el aro, los Hornets obligaron al retroceso defensivo de los Wizards, que intentaban contrarrestar al otro lado de la cancha con la agilidad de Jamison y Caron Butler, catalizador también en defensa. Insuficiente a todas luces. Para el triunfo y el paladar.


 

No podían los de Eddie Jordan, lastrados por su pésimo porcentaje en el tiro y falta de convicción en los tableros con el débil Songaila y el desconocido McGee en la trinchera. Apenas usó a un gladiador como Etan Thomas el técnico; y los Hornets, huérfanos de Tyson Chandler, se bastaron con el trabajo de Ely, Hilton Armstrong y Ryan Bowen.


 

Mucha intendencia y poco Paul; poco Pedja Stojakovic, también. O sea, poca magia para un partido donde lució más el envoltorio que el contenido.


 


 

La carrera, sin demasiados incidentes, tuvo en Danny Webb la anécdota de la jornada. El piloto inglés fue penalizado con un drive-through por no salir desde la parte de atrás de la parrilla, pese a que la vuelta de calentamiento lo había hecho desde el pit lane y no desde la pista.