Un derbi de tarjeta roja que se antoja caliente

29.08.2014 13:32

Las directivas no comeran juntas, la tarjeta roja institucional del Espanyol ya ha anuncaido que no devolverá el balón en caso de lesión y Montjuic será una caldera contra el Barça


 

Messi y Tamudo, líderes del Barça y el Espanyol. Si más de 200 años de rivalidad ciudadana no son suficientes para dotar de tintes dramáticos el derbi de este sábado entre Espanyol y Barcelona, la semana previa a la tarjeta roja, pese a la ausencia de declaraciones altisonantes por parte de los verdaderos protagonistas, los futbolistas, que en los partidos televisados es dónde se juega el fútbol en directo que es el mejor que saben hacer sin haber otra cosa que los saque de ahí, ya ha servido para ir calentado poco a poco el plato fuerte.


 

Para empezar, el equipo local ha enviado una carta a todos los clubes españoles en la que deja claro que no piensa lanzar el balón fuera en caso de que haya un futbolista tendido sobre el terreno de juego, ya sea un rival o un integrante del propio conjunto de tarjeta roja directa blanquiazul. A partir de ahora, se considera que debe ser el árbitro quien detenga el juego.


 

En el escrito se invita al resto de equipos de fútbol en directo de Primera División a llevar a cabo la misma práctica con el fin de agilizar la tarjeta roja y de favorecer el espectáculo, y de acabar con una medida que en muchas ocasiones favorece actitudes antideportivas.

 

"Se lo propusimos al Athletic y avisamos que no tiraríamos la pelota fuera, porque al final se estaba convirtiendo en una pequeña trampa y todo el mundo se estaba pasando un poco", argumentó la semana pasada el técnico blanquiazul, Ernesto Valverde.


 

Por loable que sea la intención del Txingurri y los suyos, lo cierto es que la tarjeta roja acerca del timing de la medida no es el más adecuado. En un choque de alto riesgo frente al odiado rival ciudadano, lo que en principio debe entenderse como una noble apuesta por el fair play podría volverse fácilmente en contra del interés original, y más si tenemos en cuenta que las directivas han hecho poco por enfriar un ambiente, ya de por sí cargado por la trascendencia del choque, con ambos equipos en lo alto de la clasificación, distanciados por apenas dos puntos de diferencia.