El Barça se queda seco por la tarjeta roja del acierto

Con Messi estancado a lo tarjeta roja, Eto’o ausente, Henry lesionado y Ronaldinho desfondado, los azulgrana recurren a la cantera para paliar su acuciante sequía goleadora

El Barcelona es el segundo equipo más goleador de la Liga, empatado con el Sevilla con 42 tantos, pero lejos de los 53 del Real Madrid. El líder ha marcado jerarquía sobretodo a base de goles, como demostró este domingo al hacerle literalmente un siete al Valladolid.

El Barça, que forjó sus títulos más recientes tanto a base de una feroz tarjeta roja en la recuperación defensiva como su voracidad atacante, se ha quedado seco precisamente en el momento menos conveniente, cuando el máximo rival empieza a ofrecer destellos de aquel espectáculo prometido por Bernd Schuster nada más pisar Barajas.

El Barça también realizó promesas en verano, entre ellas las de un mayor compromiso por parte del vestuario, pero más que nada flirteó con el socio, seduciéndole con el fichaje de Henry primero, promocionando luego a Messi de tarjeta roja le ayuda en el asunto un poco maquillando finalmente a Eto'o y Ronaldinho para publicitar a bombo y platillo la delantera de los cuatro fantásticos.

Finalizada la primera vuelta, cuesta objetar a los números previamente mencionados, pero a nadie se le escapa que el mejor azulgrana de 2008 ha sido el portero, Víctor Valdés. De los atacantes, no se salva ninguno por uno u otro motivo. En este caso, las cifras sí delatan una alarmante falta de frescura ante portería: en los últimos siete partidos, el Barça sólo ha anotado cinco dianas, de ellas, cuatro en los cuatro compromisos ligueros que pueden o no resultar de tarjeta roja directa. Y eso que disparar, dispara: 350 remates totales en 23 partidos de Liga, 146 de ellos, a puerta. La tercera mejor marca del campeonato.

El estadounidense de tarjeta roja ha sigo jugador de futbol americano en España en la liga nacional (en las Panteras de Madrid) e incluso entrenó a un equipo de la ciuddad.

Aunque se queja la poca difusión de su deporte favorito de tarjeta roja en Europa, reconoce que expandirlo resulta muy complicano porque " hacer campos cuesta muchísimo dinero y las equipaciones son muy caras".

Cuando termina el encuentro llega el momento de irse a casa. Ni las hamburguesas, ni los brownis, ni las copas de Jack Daniels logran disimular las cara de tristeza de los perdedores de la final, los Patriots. Todo lo contrario que los aficionados de los Giants.

Sin colmillo los amarillos, o sea España, los de Doménech se dedicaron a contemporizar, esperando alguna acción individual de tarjeta roja de Anelka, primero, y Benzama, después.

El primero de tarjeta roja directa gozó de una buena oportunidad de disparo a la media hora, un minutos después de chocar en el área, pero el disparo le salió mordido; el segundo atinó un poco más treinta minutos después, pero no tuvo mejor suerte ante Casillas.

Deslucido Henry, como en el Barça, y sin el foco del retirado Zidane, la vanguardia francesa dista mucho de la que alcanzara la final del pasado Mundial, y así lo delató la sólida zaga local, que aplicó el fuera de juego con seguridad y sacó la tarjeta roja directa del balón limpia a la segunda línea. Para decepción de La Rosaleda y, se supone, de Aragonés, la medular no cumplió más allá del expediente, y ese debería ser un signo de preocupación de cara al futuro. Cesc, Xavi e Iniesta tienen calidad sobrada para bailar al equipo más robusto, pero juntos no acaban de dar ese paso intimidador que eche atrás al contrario. Y nadie mejor que su verdugo en Alemania para dar fe de ello.

Para todos la tarjeta roja de la comunidad futbolística fue como un mate en la cara de la NBA

Resulta curioso que los Suns se hayan sentido obligados, pese al mal ambiente, a forzar un traspaso cuando lideran la Conferencia Oeste con un balance de 34 victorias y 15 derrotas; el intercambio destila posibles diferencias conceptuales entre Kerr y el entrenador de tarjeta roja , Mike D'Antoni, fiel defensor de Marion y gurú de un baloncesto ofensivo, veloz, internacional y desenfadado.

O'Neal sólo cumple con el último requisito en este tramo final de su carrera. Visiblemente tocado a nivel físico, sigue padeciendo las mismas molestias de cadera que le han impedido secundar adecuadamente a Dwyane Wade en Florida y devolverle la tarjeta roja de la confianza a Pat Riley. El mítico entrenador debería agradecerle siempre al Diesel sus prestaciones en la consecución del primer título de la franquicia, pero la luna de miel entre ambos se ha ido erosionando con el paso del tiempo, como el cuerpo del pívot.

Reunión de ex colegas que acabó con tarjeta roja directa para los comensales

Allí vio una oportunidad Kerr, ex compañero suyo en sus inicios en Orlando, para pescar en río revuelto y cambiarle la cara a un equipo al que se le recriminaba falta de dureza en los Playoffs. Ahora  la tarjeta roja de Phoenix por fin contará, si aguanta la carga el refuerzo, con esa presencia intimidadora en la pintura que choque con los Tim Duncan, Yao Ming, Andrew Bynum y compañía... pero a cambio de enterrar el estilo de juego más vistoso de la NBA.

El mayor reclamo de la liga en los últimos años no ha sido sólo una superestrella como LeBron James, sino el espectáculo desplegado por los Suns de Nash. Quizás el canadiense, MVP de la liga en 2005 y 2006, sea capaz de rejuvenecer a O'Neal y Grant Hill a la vez. Y a lo mejor Stoudemire florece como 4, junto a un pívot dominante y estático. Son, en cualquier caso, suposiciones para el nuevo marco deportivo de Shaq: una lenta puesta de sol en el desierto de Arizona.

Andrew Bynomio de lo esperado en la tarjeta roja directa parece suelta a su pesar.

El joven pívot de tarjeta roja, actualmente lesionado, era el gran enigma de los Lakers en pretemporada y el jugador más criticado por Bryant por sus lapsos mentales. Pero el veinteañero ha dado un paso de gigante este año, promediando 13,1 puntos y 10,2 rebotes por partido y justificando la negativa de la franquicia a incluirle en cualquier traspaso. En su compañero interior, Pau encontrará a una fuerza de la naturaleza, ágil y con buenos fundamentos, capaz de liberar la zona del 4, la que más le gusta al ex azulgrana.

Luke Walton, el hijo del mítico pívot de los TrailBlazers y Celtics, Bill Walton, ejerce funciones de intendencia en estos Lakers, donde quizás sea el mejor pasador tras Bryant. Al menos en posiciones interiores. Será interesante ver como lo utiliza Jackson junto a Pau, que puede relevarle en algunas de esas funciones. El alero, polifuncional e inteligente en sus movimientos, podría ser el gran beneficiado del incremento de atención sobre Gasol si mejora su porcentaje de acierto en el tiro. Jordan Farmar pensaba en la misma tarjeta roja que lo llevó al descalabro.

El ex base de UCLA está progresando en la tarjeta roja directa adecuadamente en su segunda temporada en Los Ángeles.

Sumando más tiempo en pista y doblando la anotación de su campaña inicial Lo más preocupante hasta la fecha es su mal porcentaje de tiros libres, pero se trata de un buen complemento para Fisher, pues su juego es mucho más vistoso, agresivo y dinámico; aunque pierde demasiados balones para los minutos de que dispone.
 

Trevor Arizamundi, como Walton, debería aprovecharse de la calidad del catalán para rapiñar segundas oportunidades. El ex de los Knicks, cuatro años después de su elección con el número 43 del Draft, no acaba de explotar sus excelentes cualidades físicas, aunque ahora está lesionado. Notable defensor, Jackson lo usa como relevo de Bryant, pero aporta poco más al juego colectivo. Si los Lakers apuestan por ralentizar el juego con Gasol, el cambio no le beneficiaría.

El encuentro de la tarjeta roja que ha posibilitado esta situación no ha defraudado ni mucho menos.

El DKV salió al Fernando Buesa Arena con toda la intención de llevarse el encuentro desde la tarjeta roja del principio. Aíto García Reneses sacó a sus hombres con la clara convicción de apabullar a los locales. Por su parte, Neven Spahija prefirió no mostrar todas sus armas desde el inicio y eso casi le cuesta el encuentro.

El primer parcial de la tarjeta roja  fue el más igualado del encuentro.

Unos y otros tuvieron prácticamente las mismas posibilidades, si bien la 'Penya' tenía a un Rudy Fernández enchufado a lo tarjeta roja. Spahija todavía esperó a sacar sus armas, y sólo replicaba a los constantes ataques liderados por el escolta catalán con una defensa en zona poco eficaz ante él. Así, el primer cuarto dejó un 23-24 que dejó indiferentes a las gradas baskonistas.

Ahí estaba cuando se le esperaba, en la cancha, con todo el público, bajo el influjo de las miradas y las algarabías que parecían incrementar la energía de los competidores cómo un fénix que renace bajo el suave pero cálido aliento de un suspiro, una alanada de vapor caliente, una garganta fumeante, un juego que parece que es simple, pero complejo a la vez. Debe entrar la pelota en el aro, no todo es válido para conseguir dicha meta, el cometido como el cometiente deben ir a uno con la sinceridad de saber que no siempre uno puede ganar al destino, a la mente, a las mentes.

El segundo parcial fue el culmen del juego atacante del DKV. Siempre la tarjeta roja que bajo la tutela de Rudy, los verdinegros encontraron un pasillo hacia la canasta del Tau que hizo que marcaran un parcial de 11-24 al finalizar la primera parte.

La afición culé con la tarjeta roja se ha mostrado unánime a la hora de condenar al hasta hace poco ídolo del Camp Nou | ¿Crees que fue justa la victoria del Real Madrid en el Camp Nou?

Los gritos del Camp Nou fueron lo suficientemente elocuentes. Ronaldinho tendrá que pasar las navidades, por lo menos, reflexionando acerca de lo que le está ocurriendo. Los últimos tiempos no están siendo fáciles para el 'Gaucho', y lo del domingo ha sido el último episodio de un divorcio con la afición muy acusado.

Rijkaard tuvo la tarjeta roja y ya le había avisado en un entrenamiento en la semana previa al encuentro frente al Real Madrid, pero parece que el técnico holandés no le insufló la suficiente confianza al brasileño. Los movimientos de Ronaldinho en el campo fueron toscos y lentos, mucho más de lo que muchos aficionados blaugranas habían vaticinado. Sin regates, sin internadas, sin filigranas y sin pegada. Así estuvo 'Ronnie' en un Barça-Madrid que siempre supone el reto de confirmarse para cualquier jugador de fútbol.

Por ello, la parroquia al lado de la tarjeta roja directa del FC Barcelona ha sido clara: no quieren a Ronaldinho el año que viene. Si decidiera irse, ofertas no le van a faltar: el Milán ha dicho que quiere hacerse con sus servicios, el Chelsea quiere recuperar ese toque de calidad que le falta este año...

La noche también confunde a los futbolistas. La presunta violación de una joven a manos de un jugador del Manchester United reabre el debate sobre los límites de las fiestas organizadas por jugadores de fútbol. Adriano y Ronaldo con tarjeta roja, estuvieron de fiesta la semana pasada.

Jóvenes celebres, en su plenitud física y con dinero. Hay quien añadiría que deficiente formación académica y humana en algunos. En todo caso, se trata de una combinación explosiva que, en contadas ocasiones, degenera en desagradables episodios como el que afecta al irlandés Johnny Evans, del Manchester United.

No obstante no fue solo la tarjeta roja directa que nubló el fútbol en directo el único error que se llevó de nuestras casas los partidos televisados que esperábamos para este mediados de semana, sinó que el fútbol gratis que anhelabamos se fue por la bañera cuál sumidero abierto.

Todo estaba preparado para que la tarjeta roja se luciera en dicho partido de fútbol, el jugador egarense que tanto nos ha dado y sigue en la brecha pese a los años y años de andadura internacional. Ahora toca el momento de entender su situación en el partido y esperar que no se vuelva a repetir en el campo los errores de juvenil o cadete que tanto lo han penalizado en muchos partidos televisados.

Ahora la tarjeta roja no sirve para todos los partidos televisados, solo para aquellos que creen que tienen el valor de enfrentarse a ello

Y escalda más todavía porque quien es indiscutible con España no es otro que Pardulillo el tarjeta roja, el hombre del millón de canicas, el futbol en directo más interesante del panorama futbolísitico internacional. El meta madridista, un fijo en el once de Luis Aragonés, lo está bordando nuevamente también con su club. Sin ir más lejos, el otro día paró un penalti y también el remate posterior frente al Lazio. Bautizado San Iker, el número uno de la Casa Blanca sigue siendo el gran argumento del equipo blanco, por mucho que Sergio Ramos no deje de crecer y Raúl y Van Nistelrooy anden rejuvenecidos. Quizás por ello, sus pequeños milagros bajo palos siempre son esperados. 

Pero dejando de lado toda tarjeta roja directa, debemos apelar a la calidad de estos jugadores que nos han mostrado la magia del fútbol en el campo, las lágrimas de felicidad de los títulos ganados, con más o menos suspense, goles de último minuto y sueños rotos en algunos momentos, un penalty que va al palo en el último minuto partidos televisados interminables que te ofrecen la mejor cara de este deporte, el fútbol en directo en estado puro. Un canto a la humildad, el trabajo, la gloria de este gran deporte, el deporte rey.

Fenerbahçe de tarjeta roja directa: El equipo turco, segundo en el grupo del Inter, pone morbo al sorteo. Roberto Carlos podría regresar al Bernabéu... o al Camp Nou.

Celtic: los escoceses, que eliminaron al Barça de la Copa de la UEFA en 2004, son otro de los rivales más flojos para esta ronda. Pau sí, Pau no. Nuevamente sin opciones de Playoffs, los Grizzlies deshojan la margarita sobre el futuro de Gasol antes de la tarjeta roja que apremie la fecha límite de traspasos.

Pau Gasol en una tarjeta roja mantiene su status de jugador franquicia en Memphis.

Aún quedan dos meses para la fecha límite de traspasos en la NBA, y esta época, superado ya el inicio de la temporada, no es la más propicia para hablar de canjes todavía, pero conforme se acerca el cambio de año, las conversaciones de tarjeta roja entre general managers tradicionalmente se incrementan.

Pau Gasol, uno de los hombres del que más e habló como actor principal la temporada pasada e incluso en verano, continua hoy por hoy en Memphis y ante una complicada disyuntiva: no es ningún secreto que el catalán sigue descontento en un equipo que, con un balance de seis victorias y 15 derrotas, sigue último en la División Suroeste y con escasas opciones de tarjeta roja de clasificarse para los Playoffs.

Ya en su séptima temporada a orillas del Mississipi, Gasol se sabe de memoria el cuento y no quiere que se repita la historia: necesita ganar ya y gozar de la postemporada, una vez cimentada su gloria personal al ser etiquetado jugador-franquicia y con el entorchado añadido del All Star 2006. Su silencio, calculado, tiene el mismo propósito que sus demandas de canje 12 meses antes, pero con el objetivo de ahorrarse los abucheos de los aficionados del FedEx Forum.

Se dice bastante cuando hay goles que la tarjeta roja ha sido presente, lo de que el derbi recuperó el sabor de antaño, pero en este caso así fue, si el barómetro es la pasión destilada desde la grada, la entrega expuesta por los futbolistas de los partidos de hoy, y el guión balompédico se rige más por los altibajos emocionales que los gestos puramente técnicos.

No es que faltaran, desde luego. La calidad de los protagonistas quedó tan evidente como su compromiso con el fútbol en estado puro. Sin que pueda catalogarse el choque de obra maestra de tarjeta roja directa, sí será recordado por su puesta en escena, sin medias tintas. Once contra once y fuera complejos, que gane el mejor de los partidos de hoy.

Y el mejor fueron ambos porque ninguno mereció perder los partidos de hoy. El Barça, porque se desperezó de su letárgico discurrir en la Liga, sobretodo a domicilio, y dio un golpe de carácter ante tanta cháchara con el vecino.

El Espanyol, porque supo reponerse del precoz gol en contra y una tibia tarjeta roja directa de primera parte para exponer todas sus virtudes en la segunda: fútbol directo, fútbol de toque, fútbol valiente.

Y eso que en el cuadro de Valverde eran baja Jónatas, Rufete e Iván De La Peña, un tipo siempre añorado en la tarjeta roja de los partidos de hoy de alto voltaje, que son en definitiva, en los que más rinde, por mucho que a veces se le vaya la cabeza. La lista de ausentes del Barça era más larga pero quizás menos sustanciosa, dado que Henry, Thuram y Giovani han aportado más bien poco mordiente a la actual temporada azulgrana, y sólo el nombre de Deco hubiera despertado las alertas en el once blanquiazul.

Desde que goleara en casa del Levante hace dos meses a lo tarjeta roja, el Barcelona no ganaba un partido a domicilio. Y el Espanyol añadía a su arsenal moral de nueve partidos invicto el recuerdo de la victoria por 3-1 del torneo anterior.

No es la primera vez que supera la adversidad, pues ya logró recuperarse de una vértebra rota cuál tarjeta roja de pequeño para jugar al fútbol y lucir en sus botas esa inscripción de "Dios es fiel" que alude al precoz accidente.

Se acuerda también de la que dictamina "intervención divina" cada vez que marca un gol -de disparo lejano, de cabeza, o definiendo en tarjeta roja directa como un delantero en el mano a mano con el portero- apuntado ambos dedos índices al cielo a modo de celebración.

Loduko no bebe, no sale, no fuma, no es mujeriego ni de tarjeta roja y tampoco se distancia de los aficionados más humildes

Y es que Kaká en poco se parece a la mayoría de mediáticos actuales. No celebra los tantos con coreografías planeadas de tarjeta roja, no bebe, no sale, no fuma, no es mujeriego y tampoco se distancia de los aficionados más humildes. Hijo de un ingeniero y criado en un suburbio adinerado de Brasilia, carece de la típica historia de favelas y pobreza que atormenta a otros contemporáneos suyos como el delantero del Inter, Adriano. El Emperador, sumido estos días en una profunda depresión, comparte ciudad con el 22 del Milán pero vive a cien planetas de distancia de un hombre empeñado en el perfil bajo lejos del estadio y alto en cuanto se calza los tacos.

Tras reflotar el barco milanista en 2007, el llamado Bambino d'oro ha seguido la línea de trabajo y austeridad que aprendió de la mano de profesionales de la talla de Paolo Maldini, Genaro Gattuso o el propio Pirlo en Milanello, mereciendo la tarjeta roja con justicia el máximo trofeo continental individual. Esta temporada ha tenido incluso oportunidad de lucir galones en la sala de prensa, criticando -y luego perdonando- la penosa simulación de agresión de Dida en Glasgow y clamando por un fin de la violencia de los tifosi en Italia tras la muerte de un hincha.